Aprender a leer es un paso importantísimo en el desarrollo de los más pequeños. Igual de relevante es la habilidad de comprender lo que leen: ser capaces de entender la información que da un texto, analizarla y reflexionar sobre ella. La comprensión lectora es un aprendizaje fundamental sin el que se hace complicado interpretar, por ejemplo, unas instrucciones, un poema, una noticia, un anuncio publicitario o un examen. ¿Cómo podemos ayudar a los más pequeños a fomentar su capacidad de comprensión lectora?
La comprensión lectora es importante, pero no se aprende de la noche a la mañana. Desarrollar la habilidad de interpretar y entender lo que se lee es una tarea que necesita tiempo y dedicación para que los procesos cognitivos del niño asimilen lo necesario del mundo que lo rodea. No todos los niños avanzan al mismo ritmo, sino que cada persona necesita un tiempo y una práctica a su medida. Del mismo modo, a medida que los pequeños crecen, podemos percibir ciertos problemas que pueden interferir en estos primeros aprendizajes.
Cómo detectar problemas de comprensión
Los problemas con la lectura no solo aparecen en la infancia, cuando se está empezando a leer, sino que se trata de un obstáculo que puede hacerse visible también en la adolescencia e incluso en la etapa adulta. Hay muchas personas que tienen dificultades para escribir, leer o comprender los textos. En ocasiones, la literatura también puede abrirnos la puerta del conocimiento: Pedro y el reto el mapa. Un libro sobre la dislexia.
¿Cómo darse cuenta a edades tempranas de que existe un problema con la lectura? Debemos vigilar si el niño:
- Presenta falta de interés, rechazo de la lectura y de actividades relacionadas.
- Evita leer en voz alta.
- Le resulta difícil descifrar ciertos términos o construcciones gramaticales.
- Problemas de pronunciación, escaso vocabulario, faltas de ortografía.
- Dificultad para explicar con sus propias palabras de qué trata una historia.
- Falta de memoria para recordar cifras y datos.
- Errores al interpretar instrucciones.
- Inconvenientes para aprender un nuevo idioma.
- Inseguridad, frustración, baja autoestima cuando se enfrenta al lenguaje.
¡Pero siempre podemos encontrar una solución! Con paciencia, constancia y actividades específicas podemos mejorar la comprensión lectora de nuestros hijos y/o alumnos.
3 ejercicios para la comprensión lectora
La actividad fundamental a realizar es leer, ya que todo ejercicio debe tener un texto como referencia. Necesitamos motivarles para que no dejen de lado los libros y perseveren en su aprendizaje.
Algunas pautas sencillas para empezar son: subrayar las palabras que no entiendan y buscarlas en el diccionario; subrayar las ideas principales del texto; y hacer un resumen en voz alta de lo leído con palabras propias, seguido de otro escrito, que use palabras del texto.
Asimismo, te proponemos estas tres actividades para que jueguen con la lectura:
1. Dibujo creativo
Pídele que escoja dos o más escenas relevantes de la historia que ha leído e invítale a que las reproduzca con un dibujo cada una. A los niños les encantan las imágenes y se sienten cómodos dibujando como medio de expresión, además de ser un estupendo ejercicio para la memoria. A través de sus dibujos, comprobarás si ha entendido las situaciones o la relación entre personajes. ¡Incluso podéis crear un álbum para cada lectura!
2. Fuga de palabras
Crea fichas con fragmentos del texto que ha leído en las que falten determinadas palabras (verbos, adjetivos, sustantivos, nombres propios…), las cuales tendrá que completar correctamente para que vuelvan a tener sentido.
3. Encuentra un sinónimo
A partir de las fichas anteriores, pídele que utilice sinónimos de las palabras que se habían fugado antes. Si no se le ocurre ninguno, enséñale que el diccionario será su mejor amigo en esta aventura. Así aprenderá a usarlo y a valorarlo.
Libros recomendados para la comprensión lectora
Cuentos, cómics, libros de aventuras, misterio, superhéroes o fantasía… Descubre sus temas favoritos y pon a su disposición libros que le entretengan y sorprendan mientras aprende. Aquí tienes nuestras recomendaciones por edades:
De 3 a 5 años
De 6 a 9 años
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