Taller de lectura

De los cuentos solo se pueden decir cosas buenas, así como de su uso para la educación de los más pequeños. Los cuentos, además del lenguaje oral y escrito, enseñan a sentir y a pensar. Son el mensajero que transmite la experiencia del ser humano a través del tiempo, y un estupendo amigo para despertar la imaginación y la creatividad.

Por eso, poner en marcha un taller de cuentos para niños es una estupenda iniciativa que les beneficia tanto como les divierte. Más allá de leer el cuento, jugar a partir de él hará que fijen lo aprendido, descubran cosas nuevas y aprendan a disfrutar de los libros y de la lectura.

Aquí tienes tres actividades para poner en práctica en tu próxima sesión:

 

Emociones de colores

Los cuentos son una herramienta importante para la educación emocional de los más pequeños. A partir de las vivencias de sus protagonistas, los niños aprenden a identificar las emociones propias y ajenas, tanto positivas como negativas. Lo mismo puede decirse de la educación en valores.

Una actividad sencilla y divertida consiste, una vez leído el cuento, en buscar las palabras que mencionen sentimientos, emociones y valores cívicos, y anotarlas. Luego, repartir hojas o cartulinas de varios colores. La idea es identificar cada emoción y valor con un color (alegría=amarillo; tristeza=violeta; generosidad=rosa; amistad=azul…). Hay que escribir las palabras con lápiz en papel, recortar cada letra y luego reunir todas las palabras sobre una cartulina blanca, donde se irán pegando.

Dramatización del cuento

A los niños les encanta escuchar historias, ¡y también contarlas ellos! Dramatizar el cuento es una opción fabulosa para trabajar en equipo y ser creativos. Te proponemos dos alternativas de trabajo:

Expresión plástica y lenguaje: construir un escenario en miniatura de cartón, darle color, incluir algunos objetos que aparezcan en el relato, moldear los personajes con plastilina, recortarlos en cartulina, o bien utilizar títeres de dedo. Una vez esté preparado, repartir los personajes entre los niños y representar el cuento todos juntos.

Expresión corporal y lenguaje: se reparten los roles del cuento entre los niños y serán ellos quienes los encarnen. No es necesario que aprendan el texto de memoria, pero sí que entiendan las acciones de cada personaje y  el significado de la historia, lo que les ayudará a la hora de representarla.

Piedras cuenta historias

Una actividad para trabajar el lenguaje junto a la imaginación y la expresión plástica: reunimos diez o quince piedras pequeñas y planas, en las que pueda dibujarse con rotulador (si no tienes piedras a mano, puedes usar trozos de cartón). A partir del cuento, dibujar en cada una personajes y elementos que aparecen. Por ejemplo: el sol, uno o varios animales, un árbol, un barco, una flor…

Después, se lanzan al aire y, entre todos, hay que crear un cuento diferente que contenga los elementos que han caído boca arriba.