Paloma Jover -autora de este artículo- es editora, profesora asociada del Departamento de Educación en la Universidad de Comillas, conferenciante y asesora de literatura infantil y juvenil.
Anochece. El ajetreo diario va llegando a su fin. Y… una vez más constatamos la dificultad de combinar, conciliar y compatibilizar el trabajo, el cuidado de los hijos y los imprevistos del día a día.
Llega la hora de acostar a nuestro pequeño y la tarea resulta a veces misión imposible. La agitación, la falta de rutina o nuestro propio agotamiento dificultan la paz familiar de este momento tan importante.
¿Qué hacemos entonces? Tres principios fundamentales:
- Crea un ambiente. Una luz tenue y un entorno silencioso facilitarán el sueño.
- Consolida una rutina. El baño, la cena, dientes limpios… y un cuento compartido. ¡Listos para dormir!
- Mantén un horario. Ayuda acostarse habitualmente a la misma hora… y que no sea muy tarde.
Durante el día, las niñas y los niños necesitan movimiento y acción, explorar y satisfacer su curiosidad; establecer el máximo posible de conexiones neuronales que faciliten su conocimiento del mundo y de la realidad que los rodea.
Por la noche, podemos mantener vivo ese descubrimiento del mundo de una forma sencilla que contribuya además a consolidar los vínculos afectivos con el padre, la madre u otros adultos de referencia: la lectura del cuento.
Aquí tienes algunos libros que te ayudarán en este delicioso momento compartido:
Leer juntos antes de dormir ayuda a crear el ambiente necesario y a establecer esa rutina imprescindible previa a las horas de sueño. ¿Qué es importante tener en cuenta para esta lectura compartida?
- Elegid juntos el cuento. Preferiblemente, narraciones, poemas o historias sencillas que no incluyan llamativos pop-up o interacciones que lo exciten.
- Léelo con voz pausada, sin elevar el tono, procurando que la lectura induzca al sosiego.
- Establece un límite: un cuento, dos, una página o tres poemas. Si tu hijo es ya algo mayor y no pactáis de antemano, él intentará alargar el momento y será complicado llegar a un acuerdo sobre la marcha.
- Repite el mismo cuento tantas veces como te lo pida. Los niños necesitan consolidar estructuras lingüísticas y narrativas que solo se fijan con la lectura repetida de una misma historia.
Son especialmente recomendables los cuentos que propician el afecto compartido como 100 besos antes de ir a dormir. La musicalidad de los poemas de Versos para ir a dormir facilitará la creación de un clima de calma y sosiego. Por último, los más reacios al sueño podrán expresar sus emociones de forma particular con títulos como Panda PanPan no quiere ir a dormir o Gastón no quiere dormir.
En aquellos casos, para niños a partir de tres años, en que el miedo sea un factor determinante de la dificultad del sueño puede ayudar la lectura de cuentos que aborden el tema como Nada puede asustar a un oso.
Si consigues contribuir a formar en tu hijo el hábito de leer, ahora y siempre, unos minutos antes de dormir, le habrás hecho uno de los mayores regalos para toda su vida.