Aprender a leer solos es un paso importantísimo en el desarrollo de cualquier niño. E igual de relevante es el momento de dejarle escoger aquello que quiere leer.

¡Déjale escoger!

Diferentes estudios revelan que aquellos niños que leen libros que ellos mismos han elegido, acorde a sus gustos, desarrollan mejor y más rápido sus habilidades de lectura que aquellos a quienes se les impone qué leer. Es más, algunos incluso retroceden en sus avances por falta de interés.

Esto no significa que dejemos que los más pequeños lean literatura para adultos, sino que una vez que conocemos los géneros y temas que le interesan —aventuras, fantasía, misterio…—, y el tipo de libros que llaman su atención —cuentos, libros de conocimiento, cómics, poemarios, novelas…—, busquemos títulos acordes con su edad y los pongamos a su disposición.

Nuestra tarea es la de proponer y recomendar, no obligar. La lectura, además de aprendizaje, debe ser sinónimo de diversión. Y sin libertad es difícil que haya divertimento. Cuando decimos frases como «Ese no me gusta», «¿No prefieres este?», «Sería mejor que…», «Creo que deberías…», estamos condicionando su decisión e imponiendo la nuestra. Por muy disparatada o insustancial que nos parezca su elección, debemos respetarla. Es su momento para descubrir, disfrutar y hacerse lector.

Beneficios de elegir por uno mismo

Cuando permitimos que un niño entre en una librería o en una biblioteca y escoja qué libro quiere llevarse a casa, estamos ayudándole a:

  • Crear su identidad personal
  • Desarrollar el pensamiento crítico
  • Fomentar su autonomía personal
  • Fortalecer su autoestima
  • Hacerse responsable
  • Despertar su interés por otras materias
  • Estimular su creatividad
  • Amar los libros y la lectura para siempre

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