Ayudar a los niños a concentrarse

Los niños desarrollan la atención a medida que crecen. Por eso, en las edades más tempranas, resulta difícil enfocarla en algo concreto y no distraerse con facilidad. Aun así, la capacidad de atender no solo depende de la edad, puesto que también influyen condiciones ambientales (ruido, frío, calor…), el interés, el estrés, el sueño, etc. ¡Si la falta de concentración es habitual e interfiere con tareas cotidianas y escolares es momento de intervenir! Llegar tarde, no escuchar en clase o no hacer los deberes son comportamientos habituales de la presencia de un problema de concentración. A veces, algunos niños desarrollan TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), que debe ser diagnosticado y tratado por un profesional.


Qué hacer para ayudar a la concentración

¡Siempre hay cosas que podemos hacer para ayudar! A continuación te dejamos algunos consejos para facilitar la concentración de los niños, pero siempre hay que tener en cuenta que será un proceso lento y paciente de mucho aprendizaje para pequeños y mayores.

  • Comer y dormir bien: una alimentación sana y variada, respetar los horarios y las horas de sueño necesarias para su descanso.
  • Encontrar un espacio idóneo para la actividad. En el caso de los deberes y el estudio, necesitamos un ambiente tranquilo, sin ruidos, luz y temperatura adecuadas, mesa y silla cómodas para trabajar, sin televisión, consola o teléfono a mano y sin otros miembros de la familia o mascotas que puedan interrumpir…
  • Poner lo necesario a mano. Antes de empezar, reunir todo lo que se va a necesitar para no tener que levantarse a buscarlo: libros, lápices, papel, regla, etc.
  • Seguir un horario. Tanto si no tiene nada que hacer de una asignatura, como cuando acaba la tarea o completa las actividades cotidianas (ducharse, recoger el cuarto...), tachar el recuadro reporta satisfacción por el logro conseguido.
  • Marcar objetivos a corto plazo, por ejemplo, a diario o semanalmente. Cuando los alcance, reforzará su autoestima y se sentirá motivado a continuar.
  • No sobrecargarle de información y explicar despacio.
  • Hacer descansos cada cierto tiempo. Por ejemplo, podéis programar una alarma que avise cuándo tomarse unos minutos para ir al baño o beber agua.
  • Usar un lenguaje motivador también cuando se equivoca.
  • Felicitarle cada vez que lo hace bien ayudará a la motivación y la autoestima.

Además, la lectura es también una gran ocupación para centrar la atención. ¡Aquí te recomendamos algunos libros para ayudar a la concentración de los niños!

Ejercicios para mejorar la concentración de los niños

¡Manos a la obra! ¿Sabías que hay algunos ejercicios y juegos que pueden practicarse para mejorar la concentración? Aquí te dejamos algunas ideas:

  • Practicar técnicas de relajación con los más pequeños. Por ejemplo, enseñarles a hacer respiraciones profundas, sentados en silencio, o a relajar mentalmente cada parte del cuerpo, tumbados en el suelo.
  • Jugar con pasatiempos. Los rompecabezas, crucigramas, laberintos, memoramas, sopas de letras y busca y encuentra son juegos divertidos que entrenan la atención y la memoria.
  • Manualidades. Calcar dibujos de sus personajes favoritos o colorear mandalas son actividades entretenidas que, además, van a fomentar su creatividad e imaginación.
  • Leer sus historias favoritas. Ya sea solos o acompañados, podemos introducir la lectura en su día a día: primero, con cuentos y adivinanzas; luego con cómics y libro-juegos; y, más tarde, con relatos de aventuras, misterio o fantasía, según la edad.

¿Conoces estas dos colecciones? Además de divertidas y entretenidas, los libros siempre pueden disfrutarse en familia y así, será más fácil practicar la capacidad de concentración con niños.

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