Libros para superar el miedo

El miedo forma parte de la vida desde bebés. Se conoce como miedo evolutivo y su función es protectora, una especie de alarma para la supervivencia que actúa frente a lo que consideran una amenaza. Es parte del desarrollo cognitivo, social y emocional infantil y, según crecen los niños y aprenden a desenvolverse en el mundo, tiende a desaparecer.

Antes de los 5 años, los ruidos fuertes, personas desconocidas, animales grandes o insectos, separarse de papá y mamá, el daño físico, una tormenta, la oscuridad y lo que en ella pueda esconderse…, son los miedos evolutivos más comunes. Y aunque generan emociones desagradables, son necesarios como factor adaptativo de su crecimiento, ya que previenen, por ejemplo, que se vayan con desconocidos o se acerquen a animales peligrosos.

Por lo general, la ansiedad desaparece a la vez que el estímulo que la provoca, sea real o imaginario. El problema viene cuando la sensación de miedo permanece y el niño no es capaz de dejar de pensar en ello, lo que puede ocasionar la aparición de fobias. Por ello es importante que sepamos ayudarles como padres a manejar tales emociones negativas. Veamos cómo…

 

¿Qué hacer y qué no hacer cuando sienten miedo?

  • Calmar, proteger y transmitir seguridad con palabras y gestos de afecto.
  • Dar nombre a la emoción que siente y explicarle que es normal, le pasa a todo el mundo.
  • Deja que exprese qué le sucede y cómo se siente. Identifica qué es lo que le asusta y hazle saber que le escuchas y te importa. Dile que no tiene por qué sentir vergüenza o tristeza.
  • Ayúdale con pequeños gestos como ir a dormir con un muñeco o mascota, o bien dejar una luz encendida para su tranquilidad.
  • Cuéntale que, si se lo propone, poco a poco puede manejar y enfrentar ese miedo por su cuenta. Para ello, necesita confianza y seguridad en uno mismo.
  • Fomenta la autonomía y el optimismo en su día a día para desarrollar esa seguridad.
  • Igual de valioso es fortalecer su autoestima para afrontar dificultades.
  • No trates de evitar la situación restándole importancia, mintiendo, negándola o burlándote, ya que así solo conseguirás que no te cuente qué le pasa y el problema se enquistará. Lo que para un adulto es una menudencia, para un niño es grave y real.
  • Tampoco exageres: no muestres más preocupación que el propio niño, ni sobreprotección, ni concesiones, ya que entonces el miedo se vuelve un medio para conseguir atención u otras cosas que desea.
  • No le transmitas tus miedos: mejor no hablar de ellos en su presencia, ni sobreactuar cuando se presentan. No olvides que los niños aprenden por ejemplo e imitación.

 

Lecturas para superar el miedo

¡Sí! La lectura ayuda a los más pequeños a identificar, comprender y superar sus miedos. La magia de leer un cuento antes de dormir relaja y fortalece el vínculo afectivo. ¡Y no solo eso! Las historias que tratan los miedos infantiles funcionan de espejo: los niños ven en ellas situaciones como las que ellos mismos han temido alguna vez —la noche oscura, un lobo peligroso, rayos y truenos, un fantasma dentro del armario…—, y aprenden a normalizarlas. Igualmente, se ven reflejados en las emociones de los personajes y, a través de sus acciones, asimilan cómo manejarlas y cómo actuar por su propio bien.

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