Toda la verdad que hay en mí

Me llamo Ana Del Mul y llevo 5 años trabajando en el departamento de marketing digital de Literatura Infantil y Juvenil. Formo parte del equipo que escribe y publica todo lo que podéis leer por aquí, aunque en esta ocasión vengo a hacer algo diferente: vengo a recomendaros un libro.

Toda la verdad que hay en mí es uno de los primeros títulos en los que pienso cuando me preguntan: <<¿Me recomiendas un libro?>>. Me encanta recomendar libros y, si a quien se lo he recomendado lo lee y le gusta, sentirme satisfecha por haber podido regalar un poquito de esa felicidad que también me hizo sentir ese libro a mí.  

Esta novela de Julie Berry tiene todos los elementos que me gustan: mucha intriga, misterio, una voz narrativa deliciosa y un amor que te crees y te remueve. Lo que me fascinó fue el cómo está contado por la protagonista, Judith, un personaje muy tierno con el que llegas a empatizar y sentir todo lo que ella siente. Me encanta poder haberme metido en la piel del personaje de esa manera ya que te hace vivir mucho más la historia. Una historia a veces cruda que te enseña que no hay que hacer caso de rumores o apariencias ni juzgar antes de conocer. Que la verdad es un arma poderosa.

El libro me interesó desde las primeras páginas. Me encantan los buenos principios y los finales aun más buenos y Toda la verdad que hay en mí tiene uno de los comienzos más curiosos que nunca he leído. Y no porque comience con algo muy impactante, en realidad es bastante sencillo. Es porque al terminar de leer la última frase de la primera página supe que me iba a gustar y fue así.

Vinimos en barco, tú y yo. Yo era un bebé en el regazo de mi madre. Tú eras el niño ceceante de pelo rizado que se pasó la travesía jugando a los pies de la suya. Mientras nos cuidaban, nuestras madres llegaron a apreciarse. Tanto, que nuestros padres eligieron terrenos contiguos a una milla del pueblo, en el lado oeste de un Roswell Station mucho más pequeño de lo que es ahora. Recuerdo las historias de la travesía que mi madre contaba cuando yo era pequeña. Ahora ya nunca habla de ello. Decía que me pasé el viaje entero con los ojos como platos, mirándote.

Para sorprenderse, para enamorarse, para entender, para vivir un misterio, para sentir... Para todas esas cosas, siempre recomiendo el libro cuando me piden consejo sobre próximas lecturas. ¿Os animáis a leerlo?