
Uno de los retos más importantes a los que niños y padres se enfrentan durante los primeros momentos de la infancia es dejar atrás el uso del pañal y conseguir que utilicen el baño por sí mismos. Contar cuentos relacionados con este hecho puede facilitar las cosas.
Hay opiniones y consejos de todo tipo para ayudar a los padres de manera que este cambio no resulte conflictivo ni para ellos ni para el niño. Casi todos coinciden en que no hay una edad concreta, pues depende de la maduración física y psicológica de cada uno.
Por norma general, la mayoría de los niños consiguen el control diurno de sus esfínteres entre los 18 y 36 meses, en tanto que adquieren el control nocturno entre los tres y cinco años de edad.
Cuando se toma la decisión de decir adiós al pañal, los padres han de tener claro que no hay vuelta atrás, ni en casa ni fuera de ella. Avanzar y retroceder, usando de nuevo el pañal en diferentes ocasiones, solo creará confusión en el pequeño y demorará el aprendizaje.
Muchos padres esperan al verano debido a que el buen tiempo facilita las cosas y en general se pasa más tiempo con los pequeños, pero cada cual debe atender a las señales de su hijo para saber cuándo es el momento adecuado.
Entre estos indicios, pueden estar:
Llegado el momento, una buena manera de implicar al niño es explicarle claramente lo que se espera que haga y por qué; escoger y comprar con él su orinal o adaptador para el inodoro; dejar que se familiarice con él como si se tratara de un nuevo juguete, explicarle para qué sirve, plantear un juego en el que enseña a su peluche favorito cómo ir al baño solito, mostrarle la ropa interior que reemplazará el pañal... Y, por supuesto, mucha paciencia y comprensión.
Una buena forma de empezar es elegir un fin de semana en el que tanto papá como mamá estén en casa con tiempo disponible. Al retirarle el pañal: