¿Me lo lees otra vez? ¿Te resulta familiar esta frase? Dentro de unos años, pocos, cuando a las once de la noche veas la luz de su cuarto encendida, le insistas en apagarla otra vez y te diga “¡Solo una página más!” … sabrás que ya tienes en casa un lector o una lectora para toda la vida. Y entonces sonreirás, a pesar de las horas.
El momento en el que los niños empiezan a leer solos es emocionante e importante. Para estos momentos es muy importante contar con libros que tengan la cantidad adecuada de texto, un vocabulario accesible, que sean muy divertidos y que el tipo de letra se adapte al método que hayan elegido en el cole.
La cultura visual es de gran importancia por el carácter facilitador del aprendizaje que poseen las imágenes. Y esto es perfectamente aplicable a los cuentos. Tan importante es lo que leen como lo que ven y los álbumes ilustrados pueden ser un modo perfecto para aprender y divertirse.
Los libros interactivos ayudan a los niños a unir esa parte de juego con la parte lúdica del aprendizaje. Y son un lugar donde tus hijos podrán perderse una y otra vez, donde imaginar infinitas historias. Donde no dejar de sorprenderse.
Las rutinas, aunque la palabra suene aburrida, pueden ser nuestra salvación y también la de nuestros peques porque les aportan seguridad y estabilidad. Establecer rutinas diarias que, poco a poco, se vayan convirtiendo en hábitos, es fundamental para el desarrollo de su autonomía.
Cada vez hay más conciencia de la necesidad de educar en las emociones desde la primera infancia y más herramientas para conseguirlo. Y no cabe duda de que una vez más, los cuentos son de gran ayuda.
¿De dónde viene la fascinación de los niños por los dinosaurios? Tal vez se debe a su gran tamaño, a su ferocidad, y sobre todo a sus misterios. Alimentemos esta curiosidad, porque a la vez estaremos fomentando a los más peques a que no paren de hacerse preguntas, a que no cesen de buscar respuestas.