...Clara Soriano, de pequeña, junto a su hermana y sus primos, organizaba expediciones superimportantes y ultrasecretas. Una vez, caminaron hasta el pueblo de al lado para entrar en una casa encantada. Se rumoreaba que, una vez dentro, podías escuchar susurros de fantasmas. Entraron y, justo antes de escuchar el primer quejido, alguien pisó un cristal y su crujido sonó con tanta fuerza que todos salieron espantados de allí. Los días que no salía de expedición los dedicaba a leer libros, muchos libros, y a inventarse historias sobre casas encantadas.
...Javier Malpica, desde muy pequeño admiraba a Albert Einstein y eso le llevó a matricularse en la carrera de Física. Pero pronto comprendió que un científico de la talla de Einstein no era suficiente para amar las leyes y los números, y que su verdadera vocación era la escritura. Una vez subsanado el error, Malpica fue bastante más feliz; tan feliz como cuando monta obras de teatro, toca el bajo eléctrico en una banda de jazz, ve películas que le gustan o acude a un partido de fútbol. Perseverante y muy amigo de sus amigos, Javier Malpica tiene tres colores favoritos, depende de para qué: el verde si se trata de los ojos de una chica; el negro a la hora de vestirse, y el azul para pintar las paredes de su casa.