Cómo organizar la biblioteca infantil

¿Dónde guardáis en casa los libros para los más pequeños? ¿En un cajón? ¿En un estante? ¿De canto? ¿O con las portadas vistas? ¿A la altura de los niños o fuera de su alcance?

Crear y organizar una biblioteca personal para los más pequeños hará que aprecien más los libros y estimulará positivamente el hábito de la lectura. Les será más apetecible sentarse con un libro entre las manos y disfrutar de él si tienen un sitio especial para ello.

¿Dónde ubicar la biblioteca?

Es recomendable que la coloquemos en un lugar que el niño sienta como propio, y ese sitio suele coincidir con su dormitorio. En medio de un ambiente acogedor y estimulante, la biblioteca ha de ser fácilmente accesible para él y con los libros a la vista para que resulte sencillo localizar aquello que busque. Aunque nos tiente colocar los libros en estantes sobre la cama o las mesillas, debemos evitarlo. El niño utilizará la cama y lo que esté a su alcace para llegar más alto y conseguir el libro. Si ponemos los libros a su altura, minimizaremos el riesgo de accidentes.

A la hora de seleccionar los libros, podemos consultar la amplia oferta editorial para niños a través de sus webs y catálogos, o bien en nuestra librería habitual. Además de libros, este rincón puede contar con un equipo de audio para escuchar canciones o cuentos, cuadernos para dibujar o recortar, tebeos, material de escritura y pintura, un teatro de títeres, una pizarra...

¿Cómo organizar la biblioteca?

Según pase el tiempo, la colección de libros de nuestro hijo irá creciendo, del mismo modo que sus gustos irán variando. Para que encuentre fácilmente el libro que le apetece leer en ese momento podemos colocar los libros por formatos, temas (cuentos, adivinanzas, aventuras, misterio, etc.), géneros (cuentos, adivinanzas, aventuras, misterio, etc.), autores, por editoriales, alfabético, por personajes...

Esta organización tiene que ser consensuada con el lector, y debemos implicarle en la disposición de su biblioteca teniendo en cuenta sus gustos y acudiendo con él a la librería o biblioteca para escoger juntos sus lecturas. También podemos decorar las estanterías donde reposan los libros, confeccionar separadores para agruparlos o tarjetas de identificación del tipo «Este libro pertenece a...». Por otra parte, en el mismo espacio podemos exhibir sus dibujos o escritos como otro elemento decorativo más.

Si hay una biblioteca pública cerca de casa o en la propia escuela, sería buena idea acudir con él para escoger lecturas e iniciarlo en el trámite del préstamo de libros. Los libros de préstamo tienen que tener un apartado propio en su biblioteca personal.

No tenemos que esperar a una fecha señalada para regalar un libro. Cualquier día es bueno para aparecer por casa con uno bajo el brazo. Podemos pedir que lo envuelvan en la librería para crear expectación en quien va a recibirlo y entregarlo como un regalo especial. No olvidemos que la imposición no sirve de nada a la hora de fomentar el hábito de la lectura, sino muy al contrario, y estos pequeños detalles harán que el niño relacione los libros con experiencias positivas, animándole a seguir leyendo en el futuro.