Desde la aparición de la escritura, hace alrededor de seis mil años, muchos han sido los medios utilizados por el ser humano para plasmar ideas y conocimiento, desde las tablas de arcilla de los sumerios hasta la actual digitalización de contenidos.
No hay duda de que, entre todas las herramientas creadas por la humanidad para dicho fin, el libro destaca, pese a su fragilidad, como utensilio maravilloso de difusión cultural.
Sin embargo, su paso por la historia está repleto de peculiaridades, algunas de las cuales hemos reunido a continuación para ti, lector curioso.
Iniciamos aquí una serie de tres reportajes con curiosidades sobre el mundo del libro:
- Parte II: Términos curiosos sobre libros y lectores
- Parte III: Otros datos curiosos sobre el artefacto del libro y sus usuarios
Los orígenes de esa cosa llamada libro
- La palabra libro en español deriva del latín liber, que significa «parte interior de la corteza de un árbol», en referencia a su materia prima. Llama la atención que, del mismo término, procede el adjetivo «libre». Su constitución y forma ha evolucionado en el tiempo según los materiales disponibles y las civilizaciones por las que ha transitado, aunque sin perder su esencia, tal y como apunta una de sus acepciones en el DRAE: «obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte».
- Su primer antecedente fue el rollo de papiro en el Antiguo Egipto, fabricado a partir de juncos que crecían a orillas del río Nilo. Alguno de estos rollos alcanzaba hasta los cuarenta metros de extensión. La hoja escrita se denominaba biblion, en tanto que el rollo se conocía como kylindros. El término griego para papiro era byblos, referido al antiguo puerto fenicio que exportaba dicho material por el Mar Egeo y el Mediterráneo. Vocablos como biblioteca, bibliófilo, bibliografía, Biblia..., derivan de la vieja ciudad de Biblos, localizada hoy en el Líbano.
- El pergamino, fabricado a partir de la piel de animales, también surgió en Egipto desde donde pasó a los imperios de Grecia y Roma. A partir del siglo IV se usó como elemento primordial en la fabricación de códices, conjunto de pergaminos doblados y cosidos con encuadernación, antecedentes del libro.
- El papel se inventó en China en torno al siglo II a. C., y vino a suplantar el uso de tiras de bambú para escribir. Hasta comienzos del siglo VII no llegó a Japón y aun tardó un siglo y medio más en extenderse por Asia central. A Europa arribó gracias a los árabes en el siglo XI, posiblemente a través de la Córdoba omeya. Una de las primeras fábricas de papel conocidas en suelo europeo estuvo ubicada en Játiva (Valencia), de calidad tan renombrada que exportaba material a otros reinos, como Inglaterra.
- El primer método de impresión, la xilografía, usaba planchas de madera para reproducir texto e imágenes. También originaria de China desde el siglo III, no se utilizó en Europa hasta la Edad Media. Sus limitaciones llevaron a la creación de un nuevo método de reproducción que marcó un hito en la historia: la imprenta de tipos móviles de Johannes Gutenberg, de mediados del siglo XV, gracias a la cual fue más fácil, más barato y más rápido obtener copias de los volúmenes escritos, así como su divulgación por el mundo.