Estrategias para mejorar la comprensión lectora

Hoy más que nunca la comprensión lectora es fundamental para poder desenvolverse en el mundo en el que vivimos, donde los mensajes, los datos y los iconos son omnipresentes en cualquier actividad cotidiana. En la sociedad de la información es importante comprender lo que leemos tanto para la adquisición de conocimientos, como para desentrañar la realidad que nos rodea.

Por eso es importante que favorezcamos el desarrollo de la compresión lectora en los ámbitos de la vida del niño:

La competencia lectora no se limita a saber leer, sino que engloba la capacidad de darle un significado a lo que leemos. Más allá del aprendizaje de la lectura, debemos asegurarnos de que los niños son capaces de sacar información de un texto, interpretarlo y reflexionar sobre él. Solo de esta forma aprenderán a formar su propio criterio y no dar por bueno todo aquello que aparece escrito en letra impresa (algo tan necesario en estos tiempos de sobreinformación en los que cualquiera puede emitir un juicio –mucho o poco fundamentado- y convertirlo en trending topic). Como dice José Luis Lomas en su artículo Con las letras bien puestas, «hay que saber hacer y hacerlo con espíritu crítico».

Para ello es necesario emplear una serie de destrezas cognitivas que se mejoran con la práctica, y que nos permitan hallar la idea principal del texto, comparar y contrastar otras ideas, identificar las diferentes partes que lo componen, comprender el orden de los hechos y sus causas, hacer predicciones e hipótesis, reconocer diferentes tipos de lecturas...

La comprensión lectora es la capacidad para entender lo que se lee, tanto en referencia al significado de las palabras que forman un texto, como respecto a la comprensión global del texto mismo.

Beneficios de la comprensión lectora

  1. La adquisición de conocimientos a lo largo de todo el proceso educativo
  2. El desarrollo de la personalidad y socialización
  3. La mejora de la competencia lingüística y el aumento del vocabulario
  4. El fomento de una posición crítica y reflexiva frente a lo que se lee y frente a la realidad
  5. La capacidad de participar plenamente en la sociedad, gracias a la habilidad de entender y evaluar la información escrita
  6. Aumento de la motivación lectora

No obstante, debemos tener presente que la lectura ha de ser un placer, no una obligación. El objetivo es que el niño muestre cada vez mayor interés y que se esfuerce en comprender lo que lee; por ello, el contenido ha de estar acorde con sus conocimientos, con un vocabulario adecuado y sin formas gramaticales o construcciones sintácticas que le resulten frustrantes. Existen muchas fórmulas para reforzar el hábito lector que nos ayudarán a evitar que la actividad de leer se convierta en un fastidio.

Por último, recuerda que cualquier momento cotidiano es bueno para motivar al niño. Carteles, tebeos, revistas, periódicos... todos ellos pueden convertirse en excelentes opciones para el aprendizaje de la lectura y, en consecuencia, para desarrollar la capacidad de entender su significado.

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